VITAMINA K

La vitamina K fue descubierta en Dinamarca como factor nutritivo necesario para la coagulación de la sangre en pollos que estaban siendo alimentados con una dieta carente de grasa que les producía hemorragias.


Al administrar ciertos alimentos, sobre todo alfalfa y harina de pescado putrefacto, se vio que dicha alteración se corregía.
La vitamina K es estable y resistente al calor, por lo tanto no se destruye por los métodos ordinarios de cocción.


Puede presentarse en tres formas:

  • K1: presente en plantas verdes.
  • K2: fabricada por los microorganismos de la flora intestinal.
  • K3: de naturaleza sintética.

Fuentes:
Presente en la alfalfa, verduras foliáceas verdes (col, espinaca, lechuga, coliflor), tomate, salvado de trigo, soja, queso, yema de huevo e hígado.

Funciones:
Esta vitamina se recomienda de forma preventiva en situaciones donde existe el riesgo de hemorragias. También aconsejamos su administración durante y después de un tratamiento a base de antibióticos y sulfamidas. Otras aplicaciones: mala absorción intestinal, diarreas, alteraciones hepáticas, coccidiosis, etc.