El hecho de cortar y dejar las frutas y las verduras expuestas al aire ocasionan mucha perdida de ácido ascórbico. Cuando los alimentos se cocinan rápidamente en pequeñas cantidades de agua, y se cubren herméticamente, hay mucha menos perdida. El contenido de vitamina C de frutas y verduras varía con las condiciones en las que se cultiva, el grado de madurez al que se cosecha y las condiciones en que se almacenan y cocinan.
La mayor parte de los animales superiores y de los vegetales pueden sintetizar la vitamina C. Solo el hombre, los monos, el cobaya, el murciélago frugívoro de la India, el bulbul de orejas rojas y algunos peces no son capaces de sintetizarla por sí mismos, y precisan ingerirla a través de la dieta.
La Vitamina C se potencia en presencia de bioflavonoides (capa blanca debajo de la piel de los cítricos), Calcio y Magnesio.
Su síntesis se ve alterada por deficiencias de vitamina A, E y Biotina.
Fuentes:
Kiwi y guayaba son los frutos que tienen mayores concentraciones. Frutos cítricos (naranja, lima, limón), melón, fresas, verduras foliáceas crudas, tomates rojos, pimientos, guisantes, etc.
Otros alimentos menos ricos: grosellas, nabo, brécol, col, espinacas, coles de Bruselas, bayas, piña, etc.
Las semillas de las gramíneas no contienen vitamina C, únicamente está en los germinados de dichas gramíneas.
Funciones:
Se recomienda en los siguientes casos: