VITAMINA A (Retinol)

Fue la primera vitamina liposoluble descubierta. Dos grupos de investigadores hicieron el descubrimiento de forma

Las plantas no contienen vitamina A en forma activa, sino en forma de precursores de la misma como los carotenos (pigmentos amarillos encontrados asociados a la clorofila y responsables en alto grado del color de las leguminosas rojas y amarillas): alfa, beta y gamma. En las aves el beta-caroteno es el más activo de todos. Los carotenos son considerados provitaminas. Los animales no pueden sintetizarlos, pero los pueden pasar a forma activa (vitamina A) en el intestino y en el hígado.

Aproximadamente el 90% de la vitamina A del organismo es almacenada en el hígado. Estas reservas pueden ser aprovechadas en cualquier estado de urgencia, cuando a través de la dieta no aportamos suficiente cantidad. Un exceso de carotenos en la dieta origina un color amarillo naranja en la piel, pero nunca dará lugar a una intoxicación por vitamina A (hipervitaminosis) porque el organismo nunca transformará estos precursores a forma activa a no ser que lo necesite.

Fuentes: Los carotenos los encontramos en las verduras foliáceas verdes y amarillas: coles, hojas de nabos, zanahorias, espinacas, lechugas, acelgas, calabazas, diente de león; y en frutas como albaricoques, melocotones, melones, etc. Cuanto más intenso es el color verde o amarillo de una fruta o verdura, mayor concentración de caroteno contiene. El aceite de hígado de bacalao y de halibut son fuentes importantes de vitamina A en forma activa.

Funciones: Ayuda a conservar los epitelios en estado normal. Su déficit produce una alteración (queratinización) de la piel y las mucosas que revisten el aparato respiratorio, tubo digestivo, aparato urinario, aparato genital y epitelio ocular. Esto supone una disminución de la barrera protectora que forman estas membranas para proteger al organismo de las infecciones: los microorganismos patógenos pueden penetrar fácilmente y producir infecciones.

Su carencia produce: – Alteración de las mucosas: cavidad oral inflamada con abscesos estériles o infectados. Pequeñas lesiones blanquecinas pueden ser vistas en la boca, esófago, buche o en los conductos nasales. Si se bloquean los conductos salivares pueden producirse inflamaciones en la mandíbula inferior o bajo la lengua. El déficit de vitamina A predispone a una infección secundaria en los senos por bacterias u hongos. También pueden verse afectados los ojos (inflamación y acumulo de material purulento).

En los casos benignos de hipovitaminosis A, los síntomas iniciales son aumento de consumo de agua y aumento de producción de orina, como consecuencia de una alteración (metaplasia escamosa) de los conductos gastrointestinales y urinario.

– Hiperqueratosis: engrosamiento de la piel de los dedos. Estos cambios predisponen a una infección, formándose los típicos abcesos (clavos).

– Alteración en la reproducción: huevos con cáscaras rugosas, bloqueo de huevos, disminución en la producción de esperma, etc.

Algunas especies de aves tienen mayor requerimiento de vitamina A que otras. Ciertos parásitos, como giardias y lombrices, pueden disminuir la cantidad de vitamina A disponible para el ave. Los signos de hipovitaminosis pueden llegar a ser muy obvios, pero a veces pueden confundirse con otras enfermedades: tuberculosis, tumores, infecciones bacterianas, etc.

La vitamina A está relacionada con otras vitaminas: – Vitamina K: dosis excesivas de vitamina A dan carencia de vitamina K. – Vitamina E: previene la destrucción la vitamina A a nivel intestinal. – Vitamina C: los síntomas carenciales de vitamina C mejoran con la administración de vitamina A.