Fue descubierta por Evans y Bishop en 1922 al observar que las ratas alimentadas con leche de vaca no se reproducían. Su característica química más importante es su propiedad antioxidante.
Tiene estrechas relaciones con el metabolismo del Selenio. Se almacena principalmente en el tejido adiposo y en el hígado. Su almacenamiento en el cuerpo es durante un tiempo relativamente corto.
Fuentes:
Se encuentra principalmente en el aceite extraído del germen de trigo y aceites extraídos de semillas o de otros frutos oleaginosos (maíz, girasol, cacahuete, soja, nuez, oliva), yema de huevo, arroz integral, guisantes frescos, judías verdes, tomate, apio, manzana, plátano, etc.
Las hojas de alfalfa también son ricas en vitamina E.
Funciones:
Esta vitamina resulta útil en caso de insuficiencia hepática. Impide la lesión en el hígado provocada por la ingestión de dosis excesivas de aceite de hígado de bacalao. Favorece la supervivencia de los glóbulos rojos.
Se debe administrar en aves que presentan desnutrición, trastornos intestinales, alteraciones musculares, caída de la inmunidad, esterilidad relativa, etc.
En pollos, el déficit produce anomalías y muerte embrionaria; mientras que en adultos aparecen problemas neurológicos.